Publicado en -- Lectura --

• ¿ERES UN GUERRERO DE LA LUZ? •

«Un Guerrero de la Luz
comparte con los otros lo que sabe del camino.
Quien ayuda, siempre es ayudado,
y tiene que enseñar lo que aprendió.
Por eso, él se sienta alrededor de la hoguera
y cuenta como le fue en su día de lucha.

Un amigo le susurra: ¿´Por qué revelas tan abiertamente tu estrategia? ¿No ves que actuando así corres el riesgo de tener que compartir tus conquistas con los otros?

El guerrero se limita a sonreír, sin responder. Sabe que si llegara al final de la jornada a un paraíso vacío, su lucha no habría valido la pena.»

Autor: Paulo Coelho«Manual del Guerrero de la Luz»

La obra más personal de Coelho, el segundo autor más vendido del mundo, sobre el guerrero de la luz que vive en cada uno de nosotros. Sinopsis: Los guerreros de la luz a menudo se preguntan qué están haciendo aquí, y muchas veces piensan que sus vidas no tienen sentido. Por eso son guerreros de la luz. Porque se equivocan. Porque preguntan. Porque continúan buscando un sentido a la vida. Y porque acabarán encontrándolo. «Tengo un gran respeto por la alquimia literaria de Paulo Coelho.» Kenzaburo Oe (premio Nobel de Literatura 1994). Si bien somos capaces de contemplar sin espanto viajes interplanetarios y clonajes de seres vivos, tal vez nos falte, en cambio, el valor suficiente para sumergirnos en lo más íntimo de nuestro ser en busca de antiguos sueños y deseos olvidados. Los textos que se reúnen en este libro nos recuerdan que en cada uno de nosotros vive un guerrero de la luz, alguien capaz de escuchar el silencio de su corazón, de aceptar las derrotas sin dejarse abatir por ellas y de alimentar la esperanza en medio del cansancio y el desaliento.

Un guerrero de la luz no posterga sus decisiones

        Él reflexiona bastante antes de actuar, considera su entrenamiento, su responsabilidad y su deber hacia el maestro.
Procura mantener la serenidad y analiza cada paso como si fuese el más importante.
Pero desde el momento en que toma una decisión, el guerrero sigue adelante: ya no tiene más dudas sobre lo que eligió, ni cambia de ruta si las circunstancias resultan diferentes de las que esperaba.
Si su decisión fue correcta, vencerá el combate, aun cuando dure más de lo previsto. Si su decisión fue equivocada, será derrotado, y tendrá que recomenzar todo de nuevo, con más sabiduría.
Pero un guerrero de la luz, cuando comienza, llega hasta el final.

 Sobre la ingratitud

        El guerrero de la luz sabe que nadie es tonto, y que la vida enseña a todos, aun cuando tarde algún tiempo.
Entonces él trata a su prójimo de acuerdo con sus cualidades, y procura mostrar a todos de cuanto es capaz cada uno.
Algunos compañeros comentan: «existen personas ingratas».
El guerrero no se deja impresionar por esto.
Y continúa estimulando a los otros, porque es una manera de estimularse a sí mismo.

 En busca de afecto

        Un guerrero de la luz necesita Amor.
El afecto y el cariño forman parte de su naturaleza, tanto como el comer o el beber o el gusto por el Buen Combate.
Cuando el guerrero no se siente feliz ante una puesta de sol es que algo anda mal.
En ese momento, el guerrero interrumpe el combate y va en busca de compañía, para contemplar juntos el atardecer.
Si tiene dificultades en encontrarla se pregunta a sí mismo ¿tuve miedo de aproximarme a alguien? ¿Recibí afecto y no lo percibí?.
Un guerrero de la luz usa la soledad, pero no es usado por ella.

 Ante el desánimo

        Un guerrero de la luz a veces se desanima.
Considera que nada tiene la emoción que él esperaba despertar.
Muchas tardes y noches es obligado a quedarse manteniendo una posición conquistada sin que ningún acontecimiento nuevo venga a devolverle el entusiasmo.
Sus amigos comentan: «tal vez su lucha ya haya terminado».
El guerrero siente dolor y confusión al escuchar estos comentarios porque sabe que no llegó a donde quería.
Pero es obstinado, y no abandona lo que decidió hacer.
Entonces, cuando menos lo espera, una nueva puerta se abre.

 Las dos tablas  

        Un guerrero de la luz divide su mundo con las personas que ama. Procura animarlas a hacer lo que les gustaría, pero no se atreven.
En estos momentos, el adversario aparece con dos tablas en la mano. En una de las tablas está escrito: «Piensa más en ti mismo. Conserva las bendiciones para ti, o acabarás perdiendo todo».
En la otra tabla se lee «¿quién eres tú para ayudar a los otros? ¿Es que acaso no consigues ver tus propios defectos?»
Un guerrero sabe que tiene defectos. Pero sabe también que no puede crecer solo, y distanciarse de sus compañeros.
Entonces, él arroja las dos tablas al suelo, aun creyendo que contienen un fondo de verdad.
Ellas se transforman en polvo, y el guerrero continúa ayudando a quien está cerca.

 Caer en el abismo

        El guerrero -sin querer- da un paso en falso y se sumerge en el abismo. Los fantasmas le asustan, la soledad le atormenta.
Como siempre buscó el Buen Combate, no creía que esto pudiera sucederle. Pero sucedió. Rodeado por la oscuridad, se comunica con su maestro.
«Maestro, caí en el abismo», dice. «Sus aguas son profundas y oscuras».
«Hay algo que debes recordar», responde el maestro. «Lo que te ahoga no es sumergirte, sino permanecer bajo el agua».
Y esto empuja al guerrero a hacer uso de todas sus fuerzas para salir de la situación en que se encuentra.

 Sobre el camino

        El sabio Lao Tzu comenta la jornada del guerrero de la luz:
«El Camino incluye el respeto por todo lo que es pequeño y sutil. Hay que conocer siempre el momento adecuado de tomar las actitudes necesarias».
«Aunque ya hayas tirado varias veces con el arco, continúa poniendo atención a la manera como que colocas la flecha y como extiendes la cuerda».
«Cuando el iniciante está consciente de sus necesidades, termina siendo más inteligente que el sabio distraído».
«Acumular Amor significa suerte, acumular odio significa calamidad. Quien no reconoce la puerta de los problemas, termina dejándola abierta, y aparecen las tragedias».
«El combate nada tiene que ver con la riña».

 Los Cobardes

        «El mundo siempre parece amenazador y peligroso para los cobardes.
Estos procuran la seguridad mentirosa de una vida sin grandes desafíos y se arman hasta los dientes para defender aquello que creen poseer.
Los cobardes son víctimas de su propio egoismo, y terminan construyendo las cadenas de su propia prisión.» 

 La verdadera tensión

        «Cuando tengo el arco estirado» dice Herrigel a su maestro zen:
«Llega un momento en el que, si no disparo inmediatamente, siento que voy a perder el aliento»
«Mientras intentes provocar el momento de disparar la flecha, no aprenderás el arte de los arqueros» dice el maestro.
«La mano que estira el arco debe abrirse como la mano de un niño. Lo que a veces altera la precisión del tiro es la voluntad demasiado activa del arquero».

  Un guerrero de la luz a veces piensa:
«Todo aquello que yo no haga, no se hará.»
Y no es exactamente así: él debe actuar,
pero ha de dejar también que el Universo
actúe en su debido momento.

El guerrero de la luz a veces se comporta como agua,
y fluye por entre los muchos obstáculos que encuentra.
En ciertos momentos, resistir significa ser destruido.
En esos casos, él se adapta a las circunstancias.
Acepta sin protestar que las piedras del camino
tracen su rumbo a través de las montañas.
En esto reside la fuerza del agua:
jamás podrá ser quebrada
por un martillo o herida por un cuchillo.
La más poderosa espada del mundo
es incapaz de dejar una cicatriz sobre su superficie.
El agua de un río se adapta al camino
que le es posible sin olvidar su objetivo: el mar.
Frágil en su naciente, poco a poco va incorporando
la fuerza de los otros ríos que encuentra.
Y, a partir de determinado momento, su poder es total.